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Comprate zapatos rojos


Si hay algo que nos cuesta o nos ha costado a la mayoría de los terapeutas es cobrar por los servicios que brindamos. Sobre todo si tus servicios son "alternativos" o no tradicionales, como el Reiki, las flores de Bach, las constelaciones familiares o Freedom Healing.

Hace 25 años atrás, cuando me inicié en el primer nivel de Reiki tuve una experiencia que me dejó marcada hasta el día de hoy. Trabajaba en un notaría en Bahía Blanca, Argentina, y en las tarde, después del trabajo, había acondicionado una habitación de mi casa para dar sesiones de Reiki. Un día, una compañera de la escribanía que estaba enferma, me pidió si le podía hacer una sesión de Reiki, pero me aclaró que ella no podía pagar porque no tenía dinero. Por supuesto que le dije que si, que fuera que no había problema con el pago.

Lo mas interesante de esa sesión, fue que al llegar mi compañera, me dice que se tenía que irse antes de las 8 de la noche porque había visto en el camino a la cita, unos zapatos rojos divinos en una zapatería y se los quería comprar. Fue fuerte darme cuenta de que tenía dinero, pero no para pagar la sesión de Reiki, sino que para otra cosa. Y así nos pasa muchísimas veces.

Años después, viviendo en Buenos Aires, estaba en plena crisis existencial porque me había separado de mi pareja, y por primera vez en mi vida estaba viviendo sola. Recuerdo que tenía la sensación de que me faltaba cocinar en el baño para que se terminara de manifestar mi desorden interior.

Entonces comencé a ir al psicólogo. No recuerdo el nombre pero sí que estaba en la zona de Palermo, y también recuerdo los honorarios de él, que en ese momento eran de 50 pesos argentinos. Para poder ir al psicólogo dejaba de pagar el teléfono del departamento donde vivía, porque no daba mi presupuesto para tanto. Estaba en un círculo vicioso y sentí que la forma de salir de ahí era la de terapearme.

En una sesión, super intensa, como habrá sido que la recuerdo hasta el día de hoy, 20 años después, conversamos sobre el tema de cobrar por las sesiones y los cursos de Reiki. Era de lo que vivía en ese momento pero me costaba un montón cobrar por algo espiritual. Al terminar la sesión, lo que el psicólogo me dijo fue "lo que vos estás cobrando son honorarios por tu tiempo, nada mas que eso". Y ahí entendí con todo mi ser, que lo que se cobra no es ni la energía, ni la sanación, es solo el tiempo.

Y a ese tiempo, cada uno le pone el valor que considere adecuado. Así, cobrando honorarios vos y yo podemos vivir de nuestro trabajo y dedicarle el tiempo y la dedicación que se merece. Y así también, si un día vez unos zapatos rojos divinos, también te los podés comprar, porque te merecés ser abudante.

Esa época de mi vida también me enseñó la importancia que es ir a buscar ayuda cuando uno la necesita, y que si realmente se quiere, se puede. Porque cuando vos estás sano emocionalmente y energéticamente, la vida te funciona.


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